Mohandas Karamchand Gandhi, nació un 2 de octubre de 1869 en Porbandar, una ciudad costera de la región de Gujarat en India. Esta región sufría el control absoluto de los gobernantes sobre el resto de ciudadanos, hecho que influyó posteriormente en Gandhi.
Mahatma Gandhi es una de las figuras más conocidas y veneradas a nivel mundial debido a la lucha constante y perseverancia por conseguir la paz, basado en un movimiento No Violento que creía en las convicciones del ser humano. Aunque fue promotor de la India independiente (1947), a Gandhi no se le recuerda tanto por este hecho, sino por su perseverancia para conseguir justicia social y el cambio de las esferas económicas, con una mirada puesta en la transformación ética y espiritual de las personas. Todos estos objetivos de Gandhi podemos resumirlos en una simple palabra: paz, fin último del gran Mahatma y el mejor medio para luchar contra la injusticia.
Modesto y cercano a partes iguales, Gandhi siempre renegó del título Mahatma, cuya traducción es “Gran Alma”, con el que le bautizó el poeta Rabindranath Tagore. No obstante, así se le conoce al hombre cuyo pensamiento llegó a construir todo un modelo ideológico y político que influyó en el siglo XX y que inspiró a otros activistas posteriores como Nelson Mandela o Luther King.
Con tan solo 13 años, Mahatma Gandhi contrajo matrimonio con Kasturba, una niña de su misma edad con la que tuvo cuatro hijos. Después de estudiar con 18 años leyes en la University College London en Londres, en 1893 Gandhi firmó un contrato para trabajar durante un año como abogado en Sudáfrica, región controlada por aquel entonces por los británicos. Después de comprobar en primera persona el desprecio que vivían los indios en ese lugar, Gandhi permaneció más de 20 años en Sudáfrica para proteger y luchar por los derechos del pueblo hindú.
Creó todo un movimiento social llamado Satyagraha cuyos pilares se sostenían en el coraje, la verdad, la paz y la no violencia, las únicas herramientas para alcanzar el cambio político y social. Para él los medios eran más valioso que el fin, pues creía que la forma de actuar de las personas estaba por encima de sus objetivos últimos.
Mahatma Gandhi regresó a la India en 1915 y se convirtió en máximo líder del movimiento nacional indio. Basándose en el Satyagraha, Gandhi promovió todo el movimiento por la independencia de la india en Gran Bretaña, siendo arrestado por las autoridades en varias ocasiones y sumando en total siete años entre rejas por sus diversas actividades.
En el año 1947, India consiguió la independencia y se dividió en Pakistán e India, dando lugar a constantes confrontaciones entre musulmanes e hindúes. Apostando por la India unida, donde musulmanes e hindúes pudieran vivir libremente y en paz, Gandhi comenzó el 13 de enero de 1948, y con 78 años de edad, un ayuno con el objetivo de parar tales enfrentamientos. Después de 5 días de ayuno, los líderes de ambos bandos detuvieron la lucha y se puso fin al ayuno más conocido a nivel mundial.
El 30 de enero de 1948, de camino a una reunión para rezar en su casa Birla Bhavan (Nueva Delhi), Gandhi fue asesinado a manos del radical hinduista ultraderechista Nathuram Godse. Las últimas palabras de Gandhi antes de morir fueron “¡Hey, Rama!”, dejando constancia de su búsqueda constante de Dios y de la paz en India (Rama se traduce como descenso de Dios, y en la actualidad es el dios más venerado en la India).
Desde bien pequeño, Gandhi aprendió a amar a todo ser con vida, haciéndose vegetariano, ayunando para purificar su alma y a tolerar a todo ser humano independientemente de su religión, sexo o raza.
El 1 de septiembre de 1939, la Segunda Guerra Mundial dio comienzo, pero antes de que esto ocurriera, concretamente el 23 de julio de ese año, Gandhi se dirigió a Hitler y le escribió una carta para pedirle que no diera inicio a una guerra. Para aquel entonces, Gandhi ya era muy conocido mundialmente como activista y pacifista. Tal carta nunca llegó a manos de Adolf Hitler, ya que fue interceptada por los británicos. En la mencionada carta se puede leer lo siguiente:
“Querido amigo,
Mis amigos me han estado insistiendo para que le escriba, por el bien de la humanidad. Pero me he resistido a su petición, debido a la sensación de que cualquier carta mía podría ser una impertinencia. Algo me dice que no debo ser tan calculador y que debo hacer mi petición porque en cualquier caso merecerá la pena.
Está claro que usted es hoy la única persona en el mundo que puede evitar una guerra que podría reducir a la humanidad a un estado salvaje. ¿Estará dispuesto a pagar ese precio por un propósito cualquiera por muy digno que le parezca? ¿Escuchará la llamada de quien ha evitado deliberadamente el método de la guerra no sin considerable éxito? De cualquier manera espero su perdón, si he cometido un error al dirigirme a usted.
A su disposición.
Su sincero amigo.
Gandhi.”
Cuando fue a Sudáfrica a trabajar, se interesó más por la situación de los más de 100 mil hindúes que vivían ahí en lamentables condiciones, luchando constantemente para mejorar su realidad.
Del 12 de marzo al 6 de abril del año 1930, Gandhi llevó a cabo una protesta llamada Marcha de la Sal que promulgaba la “No Violencia” y que buscaba la independencia de India del Imperio Británico. Después de 300 kilómetros y llegar a la costa del Océano Índico, Gandhi cogió con sus manos un poco de sal. Este gesto simbolizó su actitud contraria al monopolio que ejercía el estado para la distribución de sal.
El monopolio en cuestión imponía a la comunidad india el pago de un impuesto elevado sobre la sal, además de prohibirles recolectarla ellos mismos. El gesto de Gandhi fue imitado por miles de simpatizantes, lo que tuvo como consecuencia el envío a prisión de más de 50.000 personas.
Las injusticias, las guerras, el dolor, la avaricia… Siempre habrán motivos para pensar que el hombre es un lobo para el hombre, como bien dijo Hobbes. Pero, de repente, aparecen personas que iluminan, que son luz, con un corazón tan grande que no tiene cabida en sí mismas. Y ese era Gandhi, Mahatma Gandhi, un hombre que durante varias décadas iluminó el mundo luchando por algo tan bonito y complicado de aplicar como es la paz.
Gracias Gandhi, gracias por darle sentido a un día como hoy.
Feliz Día Internacional de la Paz.